CONSTELACIONES SISTÉMICAS
El Corazón Constelador:
Un Viaje de Sanación y Autodescubrimiento
El eco de los tambores resonaba en el corazón de Sofía mientras se preparaba para su primera constelación familiar. Había sido un viaje largo y desafiante, lleno de aprendizajes y momentos de profunda conexión con su propia historia y la de su familia. Ahora, frente a un grupo de personas que buscaban su guía, la inseguridad amenazaba con paralizarla.
La paradoja era evidente: había dedicado meses a estudiar las dinámicas familiares, a comprender los patrones ocultos y las lealtades invisibles que nos atan a nuestros ancestros. Sin embargo, en ese momento crucial, su mente, llena de conocimiento teórico, se quedaba en blanco.
Recordó las palabras de su maestra, una mujer sabia y amorosa que la había acompañado en su camino: "Confía en tu corazón, Sofía. Deja que sea él quien te guíe. La mente puede dudar, pero el corazón siempre sabe el camino."
Respiró hondo y cerró los ojos, conectando con la energía del amor que fluía en su interior. Visualizó a sus ancestros, a su familia, a todos aquellos que habían dejado su huella en su vida. Sintió su fuerza y su apoyo, como un cálido abrazo que la envolvía.
Abrió los ojos y miró a los participantes con una sonrisa. "Bienvenidos", dijo con voz suave pero firme. "Hoy vamos a crear un espacio sagrado donde podremos explorar nuestras historias familiares y encontrar respuestas a nuestras preguntas más profundas. Confiemos en la sabiduría del campo y dejemos que el amor nos guíe."
A medida que la constelación se desarrollaba, Sofía se sorprendió a sí misma. Las palabras fluían de sus labios con naturalidad, como si una fuerza superior la guiara. Pudo ver con claridad los patrones ocultos, las lealtades invisibles y las heridas del pasado que afectaban a la persona que estaba constelando.
Con cada frase, con cada movimiento, Sofía sentía que se liberaba de sus propias cargas, que sanaba sus propias heridas. Y al mismo tiempo, ayudaba a otros a hacer lo mismo. La energía del amor fluía a través de ella, creando un espacio de sanación y transformación.
La paradoja se hizo evidente una vez más: al ayudar a otros a sanar, Sofía estaba sanando también a sí misma. Al guiar a otros en su camino, estaba encontrando su propio camino. Al abrir su corazón a los demás, estaba abriendo su corazón a la vida.
Al finalizar la constelación, Sofía se sintió agotada pero profundamente satisfecha. Había superado sus miedos, había confiado en su corazón y había descubierto su verdadero potencial como consteladora. Aprendió que la verdadera sabiduría no reside solo en el conocimiento intelectual, sino en la capacidad de conectar con el corazón y dejarse guiar por el amor.
Y así, Sofía continuó su camino, guiando a otros hacia la sanación y el autodescubrimiento, aprendiendo y creciendo con cada constelación. Su corazón, ahora abierto de par en par, se convirtió en un faro de luz y amor para todos aquellos que buscaban su ayuda. Y en cada encuentro, en cada abrazo, en cada lágrima compartida, Sofía encontraba una nueva confirmación de que había encontrado su verdadero propósito en la vida.
(Dedicado a mis compañeros de clase)
Tere Valero
Intérprete de las Estrellas
- ASTRÓLOGA
- ASESORA PROFESIONAL EN ASTROGENEALOGÍA
- ASESORA PROFESIONAL DE CONSTELACIONES SISTÉMICAS
- BIODECODIFICACIÓN ASTROLÓGICA
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